domingo, 20 de marzo de 2011

Yo sòlo escribo, escribo por...




Ayer fuimos a desayunar al Café Parroquia, sí, al lugar a donde pensaba invitarte en febrero y al que te hubiese gustado mucho ir, porque el café es delicioso y te recordaría a Veracruz.


No hubo tiempo, sin embargo, se me figuró que nos estabas escuchando, que estabas ahí, sonriendo, recordado tus viejos tiempos  y que le hubieras dicho al grupo de música jarocha  que estaba ahì, que te tocara “ Cascabel”.


Ayer volvimos a platicar sobre de ti... creo que recordándote estarás con nosotros, que te habrías reído mucho por lo aprisa que me comí unas bombas de queso con jamón y te hubieras asombrado aún màs porque siempre me sobra un huequito para el pan de dulce y otra taza de café humeante( caray, lo tragaldabas, creo que nunca se me va a quitar).


No estamos tristes, es sólo que te extrañamos, que nos asombra tu vacío, porque te marchaste de improviso y nos dejaste tus libros , tus fotos , tu presencia impregnada..

No sé porquè se me figura que nos sigues cuidando de algún modo, que estas allá y al mismo tiempo aquí, al pendiente de tus hijos, de mamà, de tus nietos.

Te despedimos, te dejamos ir, pero de algún modo siempre estarás aquí.

Mientras, yo escribo, escribo porque es una forma de que sacar , esto que pienso, que duele y que sòlo escribiéndolo lo puedo nombrar.



A final de cuentas, escribir es una terapia, es sacar un poco de lo que somos y lo que sentimos.