Dicen que es
muy bueno tener un espacio donde escribir. Este lo ha sido desde
hace mucho tiempo…aunque la mayoría de
las ocasiones lo descuido. Hoy me siento
triste, nostálgica, con ganas de
escribir o de desahogarme ( y como hace algunos meses que perdí la pràctica de la escribidera, espero no tener tantos errores) y deseos de regresar a mi
pueblo: extraño mucho a la Ciudad de México, la extraño tanto como si me hubiera marchado hace más
de ochenta años. Echo mucho de
menos al caos y movimiento, a su
vida, a todos
los cafés, librerìas y museos.
En la
ciudad de México, la caótica , donde todo ocurre , desde lo más trágico, hasta
lo más interesante. Si algo tiene la el Distrito Federal y su área metropolitana, es que es divertida, nunca te aburres en ella. Es como una
persona que sin ser muy guapa, es ¿¿¿cómo se dice??? con ondita, ESO,
con ondita, sexappeal… con sentido del humor.
De mi pueblo sateluco, extraño mucho el Gandhi
y el Sótano, lugares como el Beer Factory como sus buenos cortes y sus hamburguesas en su
terraza tan nice y mi Plaza Satélite tan familiar ( jamás fue una mole fría sin chiste)… y sobre
todo extraño a mis amigos y hasta la Condesa, con las reuniones de talleres
literarios y al Palacio de Bellas Artes y al Zócalo... y todos los recovecos que hacen a la CDMX un lugar lleno de contrastes pero también genuino.
Extraño las cosas cerca y el murmullo, el claxon de los coches y a la
gente apresurada y hasta el gritòn de la grabación de los tiliches ¡¡Se compra colchones y fierro viejo que venda!!
Espero muy pronto regresar, porque primero Dios
me regreso, nunca supe que cuan feliz era allá, sin saberlo…