Un año y aun
no nos acostumbramos a los espacios vacíos, ni a tus libros sin
ti, ni a las mañanas de los
domingos,ni a las cenas de Navidad con tu espacio sin ti.
Un año... silencio , ausencia , un año de intentos para esbozar sonrisas, un año con ratos de llanto, porque si echamos de menos tus costumbres, tus horarios y manías, puedo terminar llorando por una tarde entera...
No quiero sentirme triste, cuando concluya de
escribir, quiero recordar las
cosas bonitas, las que nos enseñaste a mis hermanos y a mi y que me hacen sentir, fuerte y con
una brújula de suerte para no darme
por vencida.
Quiero recordarte, así , con tu palabra exacta, con tu protección en silencio, con tu energía para planear las 20 mil ideas para seguir adelante , para sonreírle a la vida a pesar de las circunstancias.
Un año, de días soleados y lluviosos, que a ratos me inundan de recuerdos que a veces me hacen sonreír, como cuando era una adolescente traumada en desacuerdo con mis chinos y que un dìa me alaciè por completo el pelo, mientras tú te encontrabas más preocupado que enojado pensando que mi rebelde y rizada cabellera, no volvería nunca a ensortijarse :
“ Mira a Talía , Magdalena, ¿ pero què se hizo esa chamaca en el pelo?” .- Le reclamaste a mi mamá, entre preocupado y desesperado.
Pero también existen ocasiones, que me provocan una tristeza espesa porque ya no estás aquí , porque me agradaría verte para abrazarte y decirte que siempre te vamos a querer y que soy una mugre egoísta porque yo todavía te extraño mucho y que la navidad y el año nuevo pasados no fueron lo mismo sin tì. . .
Y que en ocasiones cuando rezo el Padre nuestro, se me quiebra la voz, porque me recuerda que ya no estás con nosotros.
Hoy iremos a misa, y hoy me imagino que nos estarás cuidando desde una ventanita cerca de las estrellas, dentro de la Biblioteca del cielo, leyendo libros y más libros de la eternidad.
Un año papá, papito
como cuando te decía cuando era una niñita ; 12 meses y hay que seguir adelante como
siempre nos enseñaste, no hay marcha atrás.