sábado, 28 de junio de 2008

SUSANA SAN JUA N


Escarbando entre los archivos de mi computadora, me encontré este cuento y recordé inmediatamente a mi maestra preferida de Literatura; la profesora ideal, donde cada clase podías disfrutarla como si en realidad estuvieras charlando en un café y no en un salón de clases a las siete de la mañana. A continuación les presento mi cuento.


SUSANA SAN JUAN :


Quien sabe que tantas sensaciones le provocaba el mar a Susana San Juan. Lo cierto es que murió añorando estar cerca del mar . Volver a sentir la arena granulosa y caminar a la orilla con los pies desnudos, la hubiesen dejado descansar en paz, desvaneciendo el ruido de pájaros heridos que siempre escuchó en su mente.


¿Cuál fue el extravío de Susana? ¿En qué momento la cordura se trozó como una cuerda que se revienta al sostener a un trapecista que cae al abismo?


¡Susana la loca!- le decían en Comalá-


Muchos en el pueblo afirmaron que jamás quiso a Pedro Páramo pues le tenía un miedo intenso y otros más aseguraron que las puertas de la habitación donde ella dormía permanecieron cerradas para él


Susana, inaccesible, confundida, envuelta en ideas nebulosas, tratando de retener el rostro , los rasgos, que en ocasiones se le borraban, haciendo esfuerzos para no olvidar al único hombre que siempre le importó: Florencio.


Florencio el pescador, con sonrisa de pirata, del que extrañaba sus espaldas curtidas, que interpretaba música triste en su violín, para después dejarse abandonar en sus brazos. Si desde que lo conoció supo que era para ella. Sólo a él podía contarle sin temblar, la semana en que permaneció perdida en el túnel de una mina, su angustia por la oscuridad, la presencia de las ratas que rozaban sus piernas y los restos del esqueleto casi pulverizado de un minero.


Pero también existían días en los que el recuerdo de su esposo muerto se hacía frágil y Susana se volvía insoportable.


Se le venían a la mente imágenes sucesivas: El cuerpo de Florencio flotando inerte mar adentro acuchillado en el vientre y en la espalda.Y entonces escuchaba murmullos de voz apagada que acusaban a Bartolomé San Juan, su padre, como el asesino del pescador.


“Tú eres la mujer a la que más he querido “- afirmaba Bartolomé y en sus niñas oscuras el reflejo de su padre sólo le provocaba turbación.Luego todo se ensombrecía y el llanto se transformaba en grito y el grito en ahogo. Casi de inmediato se escuchaban los pasos apresurados de mitad de la servidumbre de la casa de Pedro Páramo, subiendo y bajando las escaleras de duela para atender a Susana.


En ocasiones lograban controlarla y Pedro Páramo podía entrar a verla.Para ella aquel hombre, era un extraño que le había comprado una pulsera de piedras de aguamarina y vestidos de seda.


- Escúchame tú y yo jugábamos cuando éramos niños - le decía Páramo, con los ojos llenos de dulzura mientras le daba un beso en la frente y le acomodaba el pelo lacio y negro, como si hablara con una niña de seis años.Y ahí se quedaba Pedro Páramo por horas observándola, tratando de desentrañar sus laberintos secretos , de la única mujer que no le perteneció y a la amó con todas sus fuerzas.


Una vez le confesó : “Esperé treinta años a que regresaras Susana. Espere a tenerlo todo. No solamente algo, sino todo lo que pudiera conseguir , de modo que no nos quedara ningún deseo, sólo el tuyo y el deseo de ti” - más Pedro no provocó ninguna emoción en ella, que tenía la vista perdida en una caja antigua de madera.


En su casona, la habitación de Susana era la más amplia, tenía muebles de roble blanco y en el centro un espejo ovalado de bisel ancho, sin embargo su cuarto olía a encierro y las cortinas de dacrón azul pocas veces se corrieron para que entrará la luz. Ella decía que si se abrían las ventanas se metía una anciana que por las noches se quejaba y que no la dejaba dormir. Y cada vez que alguien trataba de correr las cortinas, Susana reclamaba- ¡Por favor no corran esas persianas , hay una anciana que nada mas me molesta con sus lamentos! Está ahí parada, en el balcón. ¿ Que no la ven?


- No señora, en el balcón, no hay nadie


- Entonces lárgate. Quieres que entre y me fastidie.


Sin embargo, aunque no se abrieran las ventanas, de día o de noche, el cuarto de Susana estaba alumbrado por una lámpara de aceite o una vela, pues le tenía miedo un inminente a la oscuridad.Un mes de agosto la esposa más querida de Pedro Páramo se escapó convencida de que había hablado con Florencio que la había citado a la entrada de Comalá para irse juntos al mar.


Se marchó feliz, pensó que entonces la vida tendría algún equilibrio. Aguardó a que anocheciera, a que guardaran los caballos y a que no se escuchará ningún ruido en la cocina.


Se cubrió su pelo negro con un rebozo usado de Jacinta, la vieja sirvienta que desde niña la había cuidado. Brincó la cerca. Estaba tan contenta que hasta tuvo tiempo de admirar la luna llena blanca y lejana . Se le figuró que el cielo estrellado le sonreía. Pudo oler de alguna casita el maíz tostado revuelto con canela listo para hacer pinole.


Había tomado un puño de monedas doradas, en un puesto vendían atole dulce. Le atrajo el aroma y compró uno.


- Ten- le dijo a la niña de trenzas oscuras-


Mientras le dejaba con despreocupación el montoncito de monedas, sobre la mesa resquebrajada.En las calles se escuchaba el pisar de sus zapatos bajos, primero caminó despacio, después aprisa y luego corrió. Tenía miedo a que Florencio se arrepintiera y la dejara.


Ya falta poco - pensó para si y sonrió.


Cuando escuchó detrás que alguien le gritaba.


¡Susana!


Era Pedro Páramo que había movilizado a todo el pueblo para encontrarla.


La expresión de ella fue la más triste que Páramo le había visto, sin embargo, no opuso resistencia y se subió al caballo.


Parecía un animalito salvaje atrapado. Y después de aquel incidente permaneció callada por mucho tiempo.Cuando murió su Padre, Bartolomé San Juan, presintió que Pedro Páramo había estado detrás de aquel extraño accidente en el que su Padre había caído en el túnel de la Minera la Andrómeda.


Y es que podía rescatar un hilito de cordura en medio de su locura. Ella sabía que ambos nunca se habían llevado bien. Conocía a Bartolomé, el no soportaba que ningún hombre la amara. Pero a diferencia de Florencio, Pedro era poderoso , desconfiado y no se andaba con medias tintas.No lloró por su muerte, pero de repente empezó a transformar a su risa en una carcajada amarga.


La salud de Susana con el paso del tiempo empeoró, su corazón latía cada vez más lento. A veces subía a verla Pedro quien la miraba con desconsuelo como si un tesoro se le fuese extinguiendo.


¿Cómo era posible que aquel hombre tuviera sentimientos?- se preguntaban muchos porque conocían la sangre fría de aquel cacique para exterminar a cualquier cosa que le estorbaba.


Cuando ya estaba desahuciada el Padre Rentaría, la fue a ver


- Yo no quiero ver a ese negociante que perdona los pecados de los ricos y no el de los pobres- le afirmó a Justina , su nana.


Sin embargo, el Padre Rentaría logró entrar en la habitación más Susana volvió a repetirle- Ya le dije que se vaya, déjeme descansar que tengo mucho sueño.


Pasaron más semanas cuando el corazón de ella ya no quiso caminar. Ya muy débil permitió que el Padre Rentaría le diera la hostia. Escuchó el chillido de su nana Justina y le molestó porque le había interrumpido el sueño más profundo que había sentido en la vida. Y de repente algo más fuerte que ella la asfixió y entonces sólo vio la oscuridad total a la que tanto pavor le tenia desde niña.


Al otro día el repique de campanas de todas las iglesias se comenzó a escuchar y después de dos horas la gente del pueblo pensó que había una fiesta.Un trabajador de Pedro Páramo tratando de evitar tal tertulia les había gritado “


“¡ Ya párenle, que se murió la vieja del Pedro Páramo!” - más nadie entendió porque siguió la tertulia en medio del pulque, el tequila y los mariachis.


Lo cierto es que a partir de que falleció Susana San Juan, estuvo lloviendo durante más de dos semanas con sol sin que anocheciera. Llovía agua dulce y algunas mujeres sacaron sus jarras de barro para llenarlas y tomar un poco de aquellas gotas.


En el cuarto de Susana alguien encontró una caja de madera pequeña repleta de caballos y estrellas de mar, y si se abría se podía escuchar claramente el sonido de las olas del mar y la risa alegre de una mujer.


Al enterase de la existencia de aquel cofrecillo Pedro, se la apropió como si fuera lo único que pudiera retener de ella.Después de muchos años en que Comala quedó empobrecido por propia venganza de Pedro Páramo y los valles de aquel pueblo no eran mas que un puñado de tierra estéril y triste, Susana San Juan seguía brincando la cerca de la casona fantasmal de Pedro para esperar a Florencio e irse juntos al mar.


lunes, 23 de junio de 2008

FUTURISMO O REALIDAD?


Es un tanto complicado para mí escribir sobre la tecnología, en ocasiones no les entiendo a esos teléfonos celulares de mil funciones. Sin embargo, en este mundo globalizado y cosmopolita la tecnología va de la mano con lo innovador y con lo que muchas veces cuando éramos niños veíamos como fantasía e irrealidad en una caricatura simpática y futurista que no sé si muchos recuerden llamada los Supersónicos .

La tecnología simplifica distancias, límites. Hoy puedo estar charlando epor MSN con una amiga desde París o en Timbuktu si lo deseo; atrás quedaron las clásicas cartas que se esperaban con ansia para saber noticias un ser querido, hoy todo es práctico e ilimitado.

Las fotografías digitales se suben a un portal de noticias en fracción de segundos y se imprimen de una forma completamente distinta a la de los cuartos oscuros, donde se busca no la velocidad, sino la calidad, el significado, el maravilloso juego de luces y tiempos.
En lo que se refiere a aparatos de música quedaron muy lejos los tocadiscos que hasta yo misma utilice para escuchar a las Flans con sus blusones , mallones y copetes estrafalarios. Hoy se pueden almacenar más de quinientas canciones en un pequeño aparato llamado Ipod.

La Tecnología es asombrosa y si se pudiera resumir en tres palabras podría definirse como vanguardista, veloz y práctica.

La realidad está superando a la fantasía , la tecnología avanza de una forma apabullante en la que dentro de unos años ya no será un sueño poseer a una robotina para que haga la limpieza como en los Supersónicos.