Leì Vivir del Teatro, de Vicente Leñero... su narrativa es tan rápida, vertiginosa que puedes devorarte la novela en pocos días.
Eso del teatro es bonito... yo tengo recuerdos gratos; en el Cedart, el bachillerato del que estaba a cargo el INBA , las temporadas en los teatritos que se encuentran detrás del Auditorio Nacional, la mezcla entre el arte y los estudiantes.
Aunque debo confesar, yo no tenia mucho talento para eso de la actuación, me defendía mucho mejor ordenando mis pensamientos enredados en una hoja en blanco, pero en tercer semestre de prepa, era la opción más sencilla entre Artes Plásticas, Música o Danza Clàsica.
Pero es cierto, un teatro es fascinante, los ensayos, las luces, el trabajo en equipo, el nervio de entrar a escena... esos recuerdos nadie te los quita.
Luego con el tiempo te da la nostalgia, se experimenta inconscientemente, cuando se asiste a una obra de teatro, cuando dan la tercera llamada y se abre el telón.
