sábado, 31 de octubre de 2009

UN CÓDIGO EXTRAÑO

Hace casi una semana que falleció mi vecina.
El domingo pasado se la llevaron al doctor …en realidad todo fue repentino, la internaron en el hospital por un dolor intenso de cabeza y ya no salió de ahí.

Nunca tuve trato con ella, en realidad era muy reservada, muy sumisa…al menos eso siempre se me figuró, siempre vestida de largo, sin maquillar, poco arreglada, muy guardada, apenas y salía.


Es más, todo se lo llevaban a su casa, desde el agua en garrafón, hasta las tortillas.


Sin embargo, la muerte es un asunto extraño; mi vecina se veía una mujer sana, ni siquiera tenía una enfermedad como la presión alta o la diabetes.

Y digo que la muerte es un asunto extraño porque he visto a personas que por un pelo de rana se salvan de la muerte y a pasar de todas las circunstancias vuelven a recuperarse.


El caso más cercano es el de mi papá, nunca me podrá olvidar aquel día en el que lo llevamos de emergencia al hospital…

Era de madrugada, su rostro desencajado, sus ojos fijos mirando hacía la nada, su memoria perdida , sin reconocer a nadie, sus manos frías.

Luego, la presión, el miedo de que falleciera… Después, bajarlo casi cargando de las escaleras, con un peso extraño relacionado a la muerte y su palidez

Mi papá tenía diez de glucosa… Sin embargo se recuperó gradualmente, y aquí sigue, igual de gruñón, leyendo libros pero al fin y al cabo, bien.

¿En qué consiste irse de este mundo?¿ Será de verdad el destino? ¿Por qué unos sí , y otros no?
La muerte es melindrosa y llega como un ladrón, en el momento en el que menos se espera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La muerte algo tan insignificante , pero a la vez tan fuerte para los que nos quedamos y vivimos el duelo

Agnes Milk dijo...

Ora sí Thalía... me dejaste pensando, la muerte me deja pasmada, me es muy dificil, ni voy a opinar, soy muy cobarde.