domingo, 31 de agosto de 2008

Torbellino




Este sábado mis emociones se encontraron todas en un sube y baja como si estuvieran en la montaña rusa.
Primero porque renté la película de Billy Elliot, una historia mágica que se sitúa en la época de Margaret Tatcher , donde el hijo de un minero se enfrenta a los estereotipos y lucha por sus sueños para convertirse en un bailarín de ballet.
Por lo regular, las películas nunca me hacen llorar. Pero ayer quien sabe que mosca me picó, porque en algunos episodios del filme no podía contener el llanto.
Puedo platicarles que el argumento es interesante, además de que existen una combinación de escenas conmovedoras, cómicas y de acción, que provocan que te encariñes con el persevenrante Billy. La película se encuentra muy bien ambientada y la música juega un papel significativo dentro de toda la historia, los movimientos de cámara son de enorme calidad y el final me pareció perfecto.
En realidad no soy experta en ser crítica de cine pero les puedo asegurar que pasarán un buen rato si pueden rentarla.
El caso es que lloré un poquito, pero eso no fue todo. Por la tarde fuimos a comprar un regalo para mi sobrino Emiliano, pues hoy es su fiesta de cumpleaños y entre estantes de los fantásticos y autos de Batmán, descubrí que también vendían a Topo Gigio. Lo encontré vestido de pantalones de pana y con una playerita a rayas azules y con sólo oprimirle su manita, articula palabras moviendo sus bigotes, con su inolvidable y dulce vocecita. Yo estaba fascinada y parecía niña chiquita encantada con un Gigio casi idéntico al que salía por en el canal dos a las ocho de la noche.
Cómo estaría de emocionada que hasta mi mamá mejor me dijo que ya nos fuéramos y que me lo regalaba en navidad.
Y es que en mis tiempos también vendían a este Topito, pero era un juguete bastante diferente al que ahora les ofrecen a los niños , en primera no hablaba y era una imitación tosca del original. Si hubieran vendido a este Gigio que venden actualmente, les hubiera rogado a mis padres que inmediatamente me lo compraran.

Sin embargo, este roedor, actualmente no es popular. Los niños prefieren los autos de carreras y las niñas, las barbies y no un tierno Gigio que fue exitoso en los ochentas.

En fin, el chiste es que este sábado estuve de chillona con la película de Billy Elliot y después me emocioné como una niña en una tienda de juguetes.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial! Juan Pablo Peralta
www.portaldelperiodista.blogspot.com

Anónimo dijo...

Genial! Juan Pablo Peralta
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Fil Ruiz dijo...

Muy buena entrada y manejo de tus ideas...Saludos

EL OFICINISTA dijo...

Topo Gigio nunca me gusto, la película pos no la he visto pero este fin la pondré entre mis pendientes, claro si la cruda me permite.
Reitero, Topo Gigio me producía escozor en todos los dobleces de mi cuerpo

Anónimo dijo...

Como que Topo Gigio era más para niñas...
La película es cierto es muy conmovedora...
Saludos

Yvette Pérez de León Villegas dijo...

Yo estaba igual k tu cuando lo vi, luego te enseño el mio.
La verdad esta padrísimo. Besos nena.