En silencio ella pensó, me haces falta TÙ , y tus
ojos verdes, me gustas aunque la
simetría de tu rostro no sea tan perfecta, me haces falta tú para una tarde de besos,
sin presencia de terceros como estamos
ahora : Tú aparentando frialdad y
yo distancia.
Me
haces falta, para enamorarme, para inspirarme, y abrir esos veinte cerrojos y claves que evitan lo dulce que puedes llegar a ser detrás de la frialdad con la que te disfrazas ....
Sin
embargo, al responderle a él, ella, respondió, un
incierto aunque contundente : no sé...