jueves, 23 de febrero de 2012

Un año, 23 de febrero : Papà



Un año  y  aun  no nos acostumbramos a los espacios vacíos,  ni a tus libros sin ti,   ni  a las mañanas de  los domingos,ni a las cenas de Navidad  con  tu espacio   sin ti.


Un año... silencio , ausencia ,  un año de  intentos   para esbozar  sonrisas,  un  año con   ratos  de  llanto,   porque   si echamos  de  menos  tus costumbres,  tus  horarios  y manías,   puedo  terminar llorando   por una tarde entera...


No  quiero sentirme triste,   cuando   concluya de escribir,  quiero  recordar  las   cosas  bonitas,  las que nos enseñaste  a mis hermanos  y a mi   y que  me hacen sentir, fuerte y  con  una brújula de suerte  para  no darme  por vencida.


Quiero  recordarte, así ,  con  tu palabra  exacta, con  tu protección en  silencio,  con    tu energía   para   planear  las  20  mil     ideas   para   seguir  adelante ,    para sonreírle  a la  vida  a pesar  de las circunstancias.
                     


Un año, de días  soleados y lluviosos,   que  a ratos   me inundan  de recuerdos que   a veces  me  hacen  sonreír, como  cuando era  una adolescente  traumada  en desacuerdo  con   mis  chinos    y  que  un dìa  me alaciè  por completo   el  pelo,   mientras  tú te encontrabas  más preocupado que  enojado  pensando   que   mi  rebelde  y  rizada  cabellera,  no  volvería nunca a  ensortijarse :


“ Mira  a  Talía ,  Magdalena,   ¿ pero  què se  hizo  esa chamaca en el   pelo?” .-  Le reclamaste    a mi mamá,   entre   preocupado y  desesperado.   



 Pero  también   existen    ocasiones, que    me provocan  una tristeza espesa  porque   ya no estás   aquí , porque   me agradaría  verte   para abrazarte  y decirte  que  siempre  te vamos a querer  y  que    soy una   mugre  egoísta  porque    yo  todavía  te extraño   mucho  y  que  la navidad  y el  año nuevo   pasados  no  fueron   lo   mismo  sin tì. . .    



Y  que en  ocasiones  cuando   rezo el Padre nuestro, se me quiebra la  voz, porque   me  recuerda que   ya no estás con  nosotros.



Hoy  iremos  a  misa,   y  hoy me imagino  que   nos  estarás    cuidando  desde   una ventanita   cerca de  las estrellas,    dentro de la Biblioteca   del  cielo, leyendo  libros  y más  libros  de  la  eternidad.
                       
Un año   papá,  papito  como  cuando  te decía cuando  era   una niñita ; 12 meses y  hay que seguir adelante como   siempre   nos enseñaste,  no hay marcha atrás.  

 

Te quiero mucho,  muchísimo  papito,  gracias por  haber estado  siempre  con  nosotros.