jueves, 17 de septiembre de 2015

Las entrevistas de Truman Capote

Encontré sus entrevistas porque   estaba   investigando sobre  Marlon Brando,  y se me hizo muy  interesante  su estilo  para  entrevistar; hablo de Truman Capote,  el escritor  al que todos  relacionan con la  novela  “A Sangre  Fría” sí ese  libro   que sobre a todos  los  que estudian Periodismo  o Comunicación se los  dejan a leer en algún semestre de la carrera,   por considerarlo   como una  joya  literaria  y que  es una  novela periodística.

 Yo también  lo leí,  y  debo confesar  que  me costó trabajo,  es decir,  sí es una  buena novela cuyas  características  principales  son  la crudeza, la realidad y   la descripción  de cada situación  y sí   me agradó, pero  no es  de mis novelas  favoritas. Recuerdo que  ese libro  fue  la lectura para el examen  final  que se traducía en un ensayo de  cinco  hojas  relacionadas con una noticia  contemporánea  en México.

Debo  confesar que me costó mucho trabajo terminar mi ensayo, me quedaba atorada entre párrafo y párrafo , pero  al final  no estuvo  tan mal, la clase   era con  una maestra de Literatura, una   de esas  profesoras  que  son  una eminencia  y  que  por  nada del  mundo  uno  podía  perderse  su  clase.  

También  recuerdo que   muchos hicieron trampa con el  ensayo,  y  lo bajaron  de internet, la maestra se dio cuenta,  pero  al final  los  aprobó...     y  les dijo algo así como que  cada persona  sabía   si se merecía o  no su  calificación   (  en  mi opinión  creo que  de todas maneras  fue  injusto que pasaran la  materia de Literatura  y  aún  no me explico porqué los aprobó,   pero  bueno, fue  decisión de una profesora  a la que aún  sigo admirando por  su manera de habernos dado  clase, culta, inteligente)

A Sanfre Frìa  es la  referencia  que  tengo de Truman Capote, pero me agradó mucho más entrevistando,  era excelente , leì   una de  sus entrevistas   que le realizó  en Japón  a Marlon Brando, cuando  se rodaba  la película  Sayonara, se me hizo interesante, entretenida,  inundada   de detalles  importantes  para que te imaginaras los escenarios orientales  en el hotel  de Kioto , en una conversaciòn que duró más de cuatro  horas entre el sake y el vodka y permitiéndote acercar  como  lector  a  la personalidad  más sincera y a la vez  compleja de Brando.

 Truman como  periodista  sí que  fue excelente,   uno de sus  secretos  era hacer  sentir   que la entrevista, era  una conversación amena, tampoco  utilizaba grabadora  y  hacía  sentir al entrevistado como si fuese el  entrevistador,  provocando así  que la información fluyera  de forma  tan coloquial  y natural  como  una  platica , sin forzar a preguntas ni respuestas.

Lo cierto  es que  tras la entrevista  publicada  por Truman Capote en   el " The  New York Times"  Marlon Brando quiso  demandarlo.


A mí como entrevistador,  Truman Capote,  me parece un  gran periodista,  y como escritor, aunque me gustó  "A Sangre Frìa"   pero no es de mis libros favoritos considero, que innovó a la Literatura con  un reportaje  en el que narra la crudeza del asesinato de la familia Clutter y que convirtió en una novela  de  no ficción.


Hay ademàs algunas cosas muy  padres que  me han gustado  de Truman Capote, como   éstas que  ahora comparto :

"Para empezar, creo que la mayoría de los escritores, incluso los mejores, son recargados. Yo prefiero escribir de menos. Sencilla, claramente, como un arroyo del campo."


"Así como algunos jóvenes practican el piano o el violín cuatro o cinco horas diarias, igual me ejercitaba yo con mis plumas y papeles. Sin embargo, nunca discutí con nadie mi forma de escribir; si alguien me preguntaba lo que tramaba durante todas aquellas horas, yo le contestaba que hacía los deberes. En realidad, jamás hice los ejercicios del colegio. Mis tareas literarias me tenían enteramente ocupado: el aprendizaje en el altar de la técnica, de la destreza; las diabólicas complejidades de dividir los párrafos, la puntuación, el empleo del diálogo".


"Es decir, yo siempre me pongo muy, muy nervioso al comienzo de la jornada de trabajo. Me lleva mucho tiempo empezar. Una vez que empiezo, voy tranquilizándome un poco, pero haría cualquier cosa por aplazarlo para más tarde. Debo tener unos quinientos lápices afilados, pero vuelvo a sacarles punta hasta dejarlos en nada. En cualquier caso, me las arreglo para escribir unas cuatro horas al día”.





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